Casualidades. ¿Existen?

Es curioso. A veces, como cree MV, pienso que las casualidades no existen.
Esta mañana ha sido uno de esos días en que siento que puedo con (casi) todo. Hace unos minutos me he conectado al ordenador. Posiblemente, sin ayuda, nunca hubiera sabido que mi correo tiene un avisador de entradas nuevas en otras blogs. Y ha sucedido una ... ¿casualidad?
Cierto, de vez en cuando y con tiempo, llevada por mi curiosidad, me atrevo a abrir otras puertas como ésta.
¿Cómo las conozco? A partir de .... los amigos de mis amigos también lo son míos. Abriéndome camino por la red navegando por rutas que alguien ya ha señalizado a propósito!
Quizá ha sido eso, la casualidad (¿?), ayudada por mi curiosidad, la que ha hecho que hoy me hayan explicado muchas cosas, muy claramente, sin pensar en que lo hacían.
Alguien, en su blog, habla con franqueza de sus sentimientos, de sus actividades en los últimos días... y ha resultado que en ese texto aparecen unas cuantas palabras clave.
Todos tenemos palabras que nos identifican sin nombrarnos. Cuando nos conocemos bien, son fáciles de interpretar. Palabras que nos describen, nos explican y que la lectora, al otro lado, reconoce por tenerlas muy escuchadas.
Las obras de teatro que nos gustan y llevamos a ver a quien queremos, los viajes hacia sitios que forman parte de nuestra vida, aquello en lo que creemos y de lo que hablamos a menudo.... Quien nos conoce nos identifica en ellas, por lejos que estemos.
Qué bien, a partir de esta mañana, y una vez abierta esa puerta por casualidad, una próxima conversación, que supongo que la habrá, será más fácil!
Ya tenía asumida como certeza una intuición de hace algun tiempo. Así pues, ahora la comunicación es más cómóda. Y sabemos de qué hablamos cuando aparecen "las reglas del juego".
Además, es bueno! me resulta útil para comprobar que mi estado de ánimo, tan inquieto otras veces, ahora está tranquilo. Solo lo alteran (cada vez menos) algunos temas familiares y laborales (más triviales cada día que pasa). Domina la serenidad, que crece con los días.
Yo también espero que la casualidad (o la curiosidad) te lleve a leer esta entrada.
Sólo que...., algo en lo que pienso a menudo: ¿no será ésta una forma de comunicarse "de mentirijillas"?
Ahora, ya casi acabado, me entra la duda sobre exponer o no este texto. Quizá debemos aceptar, en estos tiempos, hablar a través de un medio como éste. Interpuesto. Y así, aunque "sólo" sea escribiendo, evadimos el silencio y elegimos una vía en la que la comunicación se convierte en algo protegido, no afrontado del todo y abierta a la casualidad.
Si pienso en lo que no hemos hablado, en lo que acabo de leer y en lo que ahora escribo, no será que estamos dentro de un gran circulo en el que todos somos poco valientes?
Sea como sea ahora hay más información en el aire. Bienvenida sea.
Abrazos virtuales. C.

P.S.
Por cierto, creo también en la explicación bioquímica de las emociones. De momento, sólo racionalmente. Entiendo la teoría, pero todavía no la he interiorizado lo suficiente. Mi cerebro se resiste a ello. ¿Qué substancia es la culpable de esta resistencia?
Visto así entramos en un bucle acción-reacción-acción que únicamente se explica por la química. ¿No será eso una nueva teoria neocon para hacernos más dóciles y domesticables?
El determinismo nos bloquea como humanos. Si la bioquímica nos puede, no hay nada que hacer??? Hay algo que no me gusta y que al mismo tiempo me libera de responsabilidades. Creer en ello parece demasiado fácil ! Ya me gustaría creer que todo es bioquímica!
Además, esta teoría deja muchas cosas pendientes.
Si justifica las emociones "amorosas" por el hecho reproductivo, como mecanismo de transmisión de los propios genes, qué pasa con las personas que estamos en puertas o ya más allá de la etapa reproductiva?
Hay todo un mundo por descubrir.