lunes, diciembre 18, 2006

perezosa

Me lo temía.
Llevo un montón de días con este espacio abandonado.
La vida sigue con sus cosillas, sustos, alegrías, tranquilidad, monotonía. Un poco de todo. Y, por suerte, nada especialmente malo.
En resumen tan de todo un poco que el resultado es algo borroso.

Hace un tiempo que las ideas me bullen mucho más rápido que el ritmo biológico necesario para llevarlas a cabo. Pues sí: ese contenedor del cerebro que es mi cuerpo se mueve a ritmo más lento de lo que necesitaria para llevar a cabo el montón de planes que tengo pensados.
Intento ponerme metas a corto plazo. Solo que tengo tantas en paralelo, que me pierde el caos de querer avanzar con todas.
Tendría que realizar una a una, poco a poco las pequeñas cosas que voy pensando, si un día consigo acabar algo, puedo obtener el ánimo necesario para continuar adelante.

Ahora veo, esto es como una especie de automensaje de ánimo.

Por cierto, me gustó leer la entrevista a Mena que se publicó ayer en El País.

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